Adiós a Mandima evoca el momento de partida de un niño europeo nacido en Zaire.
Este adiós definitivo coincide con el final de la niñez y el principio de algo desconocido. Despedirse de África deja la misma huella que una cicatriz imborrable.
Y supone un salto cultural sembrado de dudas sobre la identidad, con la triste certeza de alejarse para siempre de los amigos.
Realización: Robert-Jan Lacombe
Produción: École Cantonale d’Art de Lausanne
Mezcla: Jérôme Cuendet
Adaptación: Escarlata Sánchez y Laura Servera Llinás (Universidad Complutense de Madrid)
Entrevista
Rob-Jan Lacombe
Realizador
“El reto principal
fue armonizar perfectamente
la narración vocal con la imagen visual
en un diálogo entre la palabra y la fotografía”
- Háblanos sobre ti.
Nací en 1986 en un pueblecito al este de la República Democrática del Congo, que antes era Zaire. Cuando tenía diez años me fui a Burkina Faso con familia y entré a un instituto francés. Durante la época de exámenes finales fui a ver unas cuantas películas al Festival Fespaco de Uagadugú. Ahí fue donde descubrí que quería dedicarme al cine.
Tras algunos años a bordo de un buque de ayuda humanitaria fui a la escuela de cine de Lausanne, en Suiza, donde mi objetivo principal era crear documentales. También fui primer ayudante de dirección para algunas películas de ficción antes de especializarme en películas sobre emprendimiento social y para ONG.
Adiós a Mandima fue un proyecto que hice en segundo. Durante esa época me cuestionaba muchas cosas, incluyéndome a mí mismo y la forma en la que funcionaba la escuela. El tema que nos habían dado para el documental era el deporte. Tras un par de intentos fallidos sin inspiración encontré la foto que se convirtió en el pilar de la historia, en su hilo conductor: el abandono de Mandima.
- ¿Cómo fue la producción?
Tras dos fracasos enormes, quería sacar una nota lo suficientemente buena como para aprobar la mayor parte del curso. El reto principal fue armonizar perfectamente la narración vocal con la imagen visual en un diálogo entre la palabra y la fotografía.
Aprendí mucho no solo sobre cine sino sobre la vulnerabilidad: atreverte a mostrarte, todo lo que escondes, tus defectos e inseguridades. Creo que eso es lo que motiva mis prioridades artísticas actuales; busco la honestidad de las fotografías y los personajes. Eso es lo que me gusta.
- ¿En qué estás trabajando ahora mismo?
Ahora estoy trabajando mucho con ONG y empresas sociales de la mano de Habarifilms. Viajar, conocer gente, capturar la energía de un proyecto real y de la gente que hay detrás de él y convertir todo eso en algo que transmita belleza y entusiasmo… Eso es lo que me inspira y me alimenta.
- ¿Algún comentario acerca de 99 y la adaptación de tu documental a diferentes idiomas?
Creo que es extraordinario que exista una plataforma como 99, que trae documentales a los que, de otra manera, no mucha gente tendría acceso. Es un honor que mi documental vaya a estar aquí.