¿En qué soñamos cuando al excavar para encontrar un diamante?
¿Quién no ha soñado con encontrar un diamante?, encontrarlo y sostenerlo brillando sobre la palma de la mano.
En Arkansas, hay una mina abierta para todos. La única en el mundo donde todos son bienvenidos a cumplir ese sueño. Por el costo de 13 $ el día, puedes ser dueño de ese Cráter de diamantes. El lugar comprende un área de 15 hectáreas, es decir, aproximadamente 21 campos de fútbol. Eres bienvenido a sentarte donde quieras y excavar. Si encuentras un diamante, es tuyo.
Pero mientras excavamos, ¿qué pasa por nuestras mentes? Más que pensar en tener una fortuna, los fantasmas del pasado reaparecen.
Dirigido por Caitlyn Greene Fotografía: Nick Perron-Siegel Montaje: Caitlyn Greene, Dillon Hayes Sonido: Calvin Pia Música: Jeff Melanson Corrección de color: RCO, Seth Ricart, Derrick Yuen, Sheina Dao Traducción y subtitulación: Rosselena Albornoz, Raquel Villar
Entrevista
Caitlyn Greene Directora
«¿Un campo lleno de diamantes, abierto al público en Arkansas y gente de todos lados, en su búsqueda? Me apunté».
Háblanos de ti, Caitlyn.
Soy una cineasta del sur de Estados Unidos ganadora de un premio Emmy.
Esta película, El Diamante, es mi cortometraje documental más reciente, y fue aceptado por «The New Yorker» tras estrenarse en el Festival Internacional de Cine de Camden, donde ganó el premio «Vimeo Staff Pick Award».
Otros cortometrajes anteriores, se han proyectado en festivales de todo el mundo y han sido ganadores de premios junto con el premio al mejor del año de Vimeo Staff Pick. También he dirigido trabajos para marcas como YouTube, Facebook y Mercedes-Benz.
Recibí un Primetime Emmy y el premio ACE Eddie por el montaje de The Jinx, la serie documental de HBO ganadora del premio Peabody. He hecho también otros montajes, como el del largometraje documental cinéma vérité, When Lambs Become Lions —una película de Jon Kasbe, director de Blood Rider—, por la que fui galardonada con el premio al mejor montaje en el Festival de Cine de Tribeca y también nominada al premio IDA. También, está la serie documental de FX, A Wilderness of Error, de Marc Smerling (The Jinx) y Errol Morris.
¿Cómo surgió este proyecto?
Me topé con un artículo en Internet sobre el Parque Estatal Cráter de los Diamantes, el campo donde transcurre la película. Inmediatamente me llamó mucho la atención. «¿Un campo lleno de diamantes, abierto al público en Arkansas y gente de todos lados, en su búsqueda? Me apunté».
Tengo una gran debilidad por la Roadside Americana y la región del sur donde nací y crecí. Pero más que eso, me sentí en conexión con la metáfora del lugar. Tenía curiosidad por saber a quién encontraría en el campo, qué los llevaría a estar allí y qué encontrarían.
«Yo quería que la película no se saliera del campo y que se sintiera como si estuviese desconectada de todo, casi como perdida en el tiempo».
¿Puedes contarnos sobre cuál fue tu enfoque estando en la mina?
En mayo, el director de fotografía Nick Perron-Siegel y yo, recorrimos la mina desde que abría hasta que cerraba, durante 6 días. Paseábamos y nos acercábamos a la gente que nos llamaba la atención. Entrevisté, probablemente, al doble de personas de las que aparecen en la película. La mayoría de la gente estaba de paso, por lo que la entrevista era el único encuentro.
Si la gente estaba dispuesta a hablar con nosotros, nos sentábamos, filmábamos y luego hablábamos con ellos durante un par de horas. Eso era todo. Las entrevistas eran como unas citas a ciegas. El hecho de excavar en la tierra, tomaba mucho tiempo y espacio, lo cual nos sirvió de mucho.
Se filmaba a los excavadores de arriba abajo, con los pies en el barro. Aunque no es habitual, se hicieron muchos zooms. Por ejemplo, se hizo uno muy genial que ha permitido a los espectadores observar lo enorme que es la mina. Háblanos sobre el estilo visual.
Yo quería que la película no se saliera del campo y que se sintiera como si estuviese desconectada de todo, casi como perdida en el tiempo, donde las personas reflexionaban sobre sus vidas cotidianas. Ese fue nuestro punto de partida.
Cómo se escogieron los planos, las lentes, la gradación de colores… todo surgió de ahí. Los zooms crearon un estilo nostálgico, pero también, de alguna manera, construyeron el lenguaje de la película, mostrando el espacio exterior y las personas desconocidas, mientras se daba lugar a las conversaciones de manera íntima.
Tu película inspira mucha tranquilidad. Podemos sentir la naturaleza, oír el viento que pasa por los árboles, el canto de los pájaros. Cuéntanos cuál fue tu enfoque musical.
Me encanta esa forma de expresarlo. El compositor Jeff Melanson utiliza una técnica e instrumentación que creo que permite sentir eso en cada partitura. Queríamos que el sonido reflejara el mundo del campo, sobre todo porque el campo en sí, no es un espacio muy dinámico visualmente. Además, se siente una conexión con la tierra que hay más allá debajo, pues todos estaban interactuando directamente con ella. Intentamos darle vida con el sonido.
«Hacer montajes es una buena manera de estudiar el lenguaje y la gramática cinematográfica».
Como dijiste antes, eres directora pero también montajista. ¿Cómo influye esto en tu trabajo como directora? ¿Tienes un enfoque más «técnico» al hacer el rodaje, anticipas más aquello que crees que será necesario durante el montaje?
Creo que hacer montajes es una buena manera de estudiar el lenguaje y la gramática cinematográfica. Por supuesto, ayuda a saber qué se necesita técnicamente para que el montaje salga bien, pero más que eso, ayuda a construir el lenguaje de la película, y a tener una idea concreta de cómo estructurar y narrar los distintos elementos.
En el caso de esta película, eso nos llevó a plasmar un estilo visual con los zooms que te mencionaba. No sabía exactamente cómo acabaríamos utilizándolos en el rodaje, pero tenía una idea del lenguaje que estábamos construyendo, y luego, en el montaje, pude aplicarlos intencionalmente.
¿Cuáles son tus proyectos actuales?
Estoy trabajando en Luisiana, en un largometraje documental basado en historias personales, sobre el río Misisipi y el control de la naturaleza.
¿Qué le dirías a 99 por la adaptación de tu película a varios idiomas?
Estoy muy agradecida por la traducción y el apoyo para que las películas sean más accesibles. Espero que la película transmita sentimientos de hermandad y emoción a todos los espectadores de distintas lenguas.
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