- Hola, Iris. Háblanos un poco sobre ti.
Yo soy judía y crecí en Haifa, Israel. Mi intención no era dedicarme al cine; no tenía ni idea de que este iba a ser el camino que tomaría. Estudié Medios de Comunicación, trabajé en MTV y en canales musicales. Cuando tenía unos 31 años dejé Tel Aviv y me fui a Londres, donde empecé a estudiar cine documental.
Para mi doctorado en Londres, filmé un documental, My Kosher Shifts, en un hotel judío donde trabajaba como recepcionista. El filme se basa en las conversaciones que mantuve con los huéspedes. No quise llevar a un equipo ni ponerme yo misma detrás de la cámara, así que coloqué un trípode y volví a mi puesto de recepcionista. Aquello se convirtió en mi estilo para hacer entrevistas, al que luego llamé «la cámara abandonada». Fue entonces cuando decidí que eso era lo que quería seguir haciendo.
Y a eso me he dedicado hasta ahora: considero que mis filmes son viajes que me ayudan a conocerme más a mí misma. Mi enfoque no es elegir un tema interesante y decir: «Venga, voy a hacer un documental sobre esto y lo voy a rodar entrevistando a la gente». No. Siempre tiene que haber algo que quiera explorar de verdad y que tenga que ver conmigo.